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  • Análisis - Contratos de conservación

    Por: Brigitte Baptiste

    Una de las opciones que comienza a implementar el Gobierno actual para detener la deforestación es el pago regular a familias que puedan acreditar ocupación de un área ubicada dentro de las reservas forestales de Ley 2da y que no se traslapen con territorios colectivos o áreas protegidas, es decir, en unas 14 millones de hectáreas mal contadas. La idea es promover el uso forestal de la reserva… forestal (para lo cual se creó), persistente y sostenible, dentro de parámetros técnicos que deben ser establecidos por las autoridades ambientales.

    Se trata de una iniciativa que recoge lecciones aprendidas de muchos sistemas de PSE (Pago por Servicios Ambientales) y que enfrenta numerosos retos, principalmente relacionados con la continuidad y efectividad del mecanismo, que siempre oscila entre un sistema populista de subsidios insostenibles y uno más efectivo de incentivos y emprendimiento. Ecuador tuvo su Programa Sociobosque financiado por el petróleo, una apuesta arriesgada que encontró pronto su techo ante la crisis económica, las contradicciones inherentes al uso de combustibles fósiles a largo plazo y los vaivenes de las economías, tal como ha sucedido con muchos sistemas pensados con lógica asistencialista más que de inclusión y generación de empleo.

    Colombia ha tenido muchos esquemas, más bien creadores de clientelas electorales que de gestión compartida del territorio, con la excepción del modelo BanCo2, creado por Cornare hace más de una década, y mediante la cual empresas y personas transfieren recursos de diversas fuentes a familias rurales que se comprometen a cuidar el bosque en pie y proteger el flujo de servicios ecosistémicos que este provee.

    El objetivo, reconocer el valor del bosque silvestre en pie y pagar, no con lógica utilitaria de mercado, sino solidaria con su administración y manejo, que claramente sólo pueden hacer quienes lo habitan: no bastan las imágenes de satélite en tiempo real o la acción militar para controlar la apropiación ilegal de tierras basada en la tala y quema de las selvas.

    Se critica el pago a actores individuales pues el manejo de cualquier ecosistema a la escala requerida siempre implica acción colectiva, la cual se mina con un incentivo que puede ser perverso si no considera la asociatividad y compromisos compartidos entre ocupantes. En México y Guatemala el tema está resuelto hace años con sistemas de concesiones comunitarias, en Brasil con el modelo de Chico Mendes de reservas extractivas, pero en Colombia deben asociarse con el cumplimiento de los acuerdos de paz, ya que hay que definir si los contratos son mecanismos previos a una adjudicación y privatización de tierras, o por el contrario, son un mecanismo para promover el bienestar y la inclusión sin depender de un título perfecto de propiedad privada. La serpiente se muerde la cola…

    Colombia necesita un nuevo pacto urbano rural y los contratos pueden ser la semilla de un proceso permanente de sostenibilidad con equidad, siempre y cuando haya un universo de actores y políticas concurrentes: desarrollo rural sostenible, con asistencia técnica forestal efectiva (sustentada en principios agroecológicos) y no para reproducir pobreza, finanzas de largo plazo, espacios para la construcción de gobernanza sin persecución ideológica, proyección operativa de las transiciones energéticas y alimentarias, y fomento, no solo respeto, a la multiculturalidad.

    Fuente: Larepublica.co

  • Asfalto con bolsas plásticas, la nueva apuesta de Ecopetrol

    Esta modernización en la malla vial la hizo la compañía en el aeropuerto de Bogotá. Se usó el 60% del material reciclado de El Dorado. 
     
    Este jueves se inauguró el primer tramo vial pavimentado con materiales reciclables en el país mediante una alianza entre Ecopetrol y el aeropuerto El Dorado.
     
    Son cinco tramos trabajados en 500 metros distribuidos en la malla vial aledaña al aeropuerto de la capital el cual recibe el paso de más de 70.000 vehículos al día.
     
    La idea inicial del aeropuerto El Dorado era reciclar los residuos que se generaban en sus instalaciones de más de 140.000 pasajeros día, con esto usaron una plata de recolección de residuos de última tecnología para clasificarlos y usarlos en el proceso de asfalto de la mano del magnate petrolero.
     
    “Con esto estamos logrando reciclar el 65% de los residuos, nuestra siguiente meta es alcanzar el 100% en el 2023”, aseguró Mauricio Ossa, presidente de Odinsa y de la Junta Directiva del aeropuerto El Dorado.
     
    El pavimento acreditado usó 125.000 bolsas plásticas para reemplazar parte de los polímeros tradicionalmente utilizados en el asfalto. A su vez, Felipe Bayón, presidente de Ecopetrol destacó su implementación ya que implica un gran reto técnico usar bolsas plásticas, pues son “difíciles de reciclar”.
     
    “Estamos dándole una vida adicional al plástico, estamos permitiendo que la economía circular en todo su concepto se aplique a temas reales y con tecnología para algo fundamental para el país, sus vías. Necesitamos seguir avanzando en temas de transporte, llevar productos y garantizar la movilidad, es muy bueno empezar por el aeropuerto”, señaló Bayón.
     
    Esta iniciativa participó MPI, empresa especializada que desarrolló durante un año la formulación para agregarle plástico reciclado al asfalto. También participó Reciclene, compañía del Grupo Plastilene, que clasificó y procesó en su planta posconsumo el plástico reciclado para obtener un producto en las condiciones de uso requeridas.
     
    “Nos complace ser pioneros en Colombia en la aplicación de este tipo de asfalto, que es más amigable con el medio ambiente y que cumple con los más altos estándares de calidad. Nuestro objetivo es masificar su uso en las vías del país y seguir trabajando para que nuestros productos sean cada vez más sostenibles y nuestras actividades incorporen procesos de economía circular que aseguren un uso eficiente y responsable de nuestros recursos”, afirmó el presidente del Grupo Ecopetrol.
     
    Entre las metas a través del asfalto sostenible, según Ossa, se espera empiece a implementarse para el mantenimiento de las pistas y las plataformas del aeropuerto y también, según el presidente de Ecopetrol a futuro, será usado en las vías internas de las refinerías, principalmente en Barrancabermeja y Cartagena, en campos de producción y mediante ISA en la obra que comunica a Cartagena con Barranquilla. Además, se espera que también sea utilizado por la Unidad de Mantenimiento Vial de Bogotá (UMV).
     
    “Tenemos las mejores propiedades técnicas de esos asfaltos, tipo 3, estaremos haciendo pruebas de rigor y cargas, tendremos el mejor sitio para demostrar que el asfalto funciona, pues en uno de los tramos donde fue instalado pasan 70.000 vehículos al día”, señaló Bayón.
     
    Para continuar con ese crecimiento Ecopetrol le apunta a abrir otra planta de posconsumo en plástico, 12.000 toneladas de polipropileno para que entre nuevamente a Esenttia, la plata que tienen en Cartagena.
     
    “Ser sostenibles es posible, nosotros en Ecopetrol trabajamos con nuestra marca registrada sosTECnibilidad (...) usar tecnología en procesos sostenibles, empezamos en octubre del año y ya estamos instalándolo”.
     
    Entre los beneficios de esta técnica, se destaca la reducción del volumen del plástico que llega a las fuentes hídricas y rellenos sanitarios. También se prevé el fortalecimiento de la cadena de recolección y la labor de los recicladores, al impulsarse el plástico de desecho como un bien que genera valor.
     
    Adicionalmente, la incorporación de plástico reciclado al asfalto mejora las propiedades mecánicas del producto, al optimizar su calidad de acuerdo con criterios de alto desempeño, es decir, soporta tráfico pesado, tiene una mayor durabilidad frente a las mezclas tradicionales y resiste altas temperaturas en la vía.
     
    “Más que una alianza, es un compromiso por impulsar la economía circular desde el sector empresarial para seguir cuidando y conservando el planeta. A partir de ahora, Opain se enfocará en hacer mediciones trimestrales para analizar el comportamiento de este pavimento y así incluirlo en el mantenimiento periódico del asfalto de la malla vial aledaña a El Dorado y de las calles de rodaje que hacen parte del área concesionada, señaló Ossa.
     
    Paula Andrea Galeano Balaguera
    PORTAFOLIO
     
  • Biodiversidad, minería y desarrollo sostenible en boca de profesionales

    Durante el primer día del encuentro, expertos nacionales e internacionales no solo reflexionaron sobre el crecimiento improvisado de las ciudades, de igual manera, la poca corresponsabilidad del Estado, instituciones y las comunidades para asumir los efectos de las decisiones que afectan el desarrollo y la calidad de vida en las regiones.
     
    De acuerdo con el abogado y experto en desastres naturales, Gustavo Wilches Chaux, en Colombia se suele conjugar el verbo “yo participo, tu participas y ellos deciden”, para evitar asumir los riesgos y beneficios en igual proporción frente a las acciones que afectan a los ecosistemas.
     
    Sin embargo, para el profesional es necesario que en la concepción de desarrollo se establezca que “hay cosas que no se sacrifican” como el derecho a gozar de un ambiente sano, que como lo advirtió el profesor en derecho ambiental en Estrasburgo y Limoges, Michel Prieur, aunque no está claramente definido, está ligado indiscutiblemente a la salvaguarda de los derechos fundamentales a la vida y la salud.
     
    Y agrega que las ciudades se deben organizar conforme a las prioridades propias del ecosistema y no a las humanas, principalmente, con respecto al agua como autoridad ambiental en el territorio.
     
    Participación ciudadana
     
    Wilches expresó que en este proceso es necesario garantizar “la participación ciudadana, esencial para asegurar la gobernabilidad en el territorio”.
     
    “Hay que tomar unas definiciones sobre el desarrollo que garanticen que hay cosas que no se sacrifican y una cosa que es fundamental y que es la esencia de la democracia: es la participación real de lo local, la participación real de las comunidades, del agua, de las montañas, a través de mecanismos que están establecidos y que son legales, no puede haber paz si no se garantiza una participación real de los actores locales”, dijo Wilches.
     
    La consulta popular
     
    Para la directora del Instituto Humboldt, Brigitte Baptiste, la consulta popular aún cuando no ha definido su carácter vinculante sobre temas de desarrollo de proyectos para exploración y explotación minera y debe ser tenida en cuenta, pues refleja las preferencias sociales de una minoría que deberá asumir todos los riesgos e impactos de la intervención sobre el ecosistema.
     
    “Las consultas dan por manifiesto una tremenda desconfianza que las comunidades están expresando en cuanto a un proyecto, aún cuando lo podrían ver como fuente de recursos financieros para sus necesidades.
     
    “Cuando una comunidad sacrifica los eventuales beneficios de la explotación del oro y dice que prefiere mantener el status quo, es decir, así estamos bien, no nos queremos arriesgar, hay que escucharla, porque representa una valoración muy evidente de las preferencias sociales y cómo una minoría que estaría dispuesta a aguantar todos los riesgos y los impactos, no puede ser transgredida”, advirtió Baptiste.
     
    Para Wilches Chaux existe un riesgo al no reconocer la legalidad de este mecanismo constitucional y que consistiría en que alguna minoría podría intentar hacer válida esta decisión por vías ilegales, lo que podría derivar en acciones que perturben el orden público.
     
    “La comunidad de Piedras tiene todo mi apoyo y el de muchísima gente, e insistimos, es necesario garantizar que ese tipo de decisiones se puede hacer por vías legales para no legitimar a quienes lo intentan hacer por vías ilegales, porque las puertas de lo legal se cierran”.
     
    Alcaldes vs. Procuraduría
     
    Wilches se refirió con respecto al concepto del Ministerio Público de no validar los resultados de las consultas populares y argumentó que serán los espacios constitucionales los que permitirán sortear el conflicto.
     
    “Se ha mencionado que es responsabilidad de los alcaldes proteger el patrimonio natural, pero no solo se les veta, sino se les castiga porque propician audiencias, referendos y otro tipo de cosas para que la comunidad decida sobre su territorio, que es participar sobre las decisiones que los van afectar como personas, como familias y a las generaciones futuras.
     
    “Ese tipo de contradicciones hay que resolverlas, hay herramientas y espacios constitucionales que permitirán que el resultado se logre y esa participación sea una construcción real”, concluyó.
     
    Desafíos mundiales sobre un ambiente sano
     
     El profesor en derecho ambiental en Estrasburgo y Limoges, Michel Prieur, explicó algunos desafíos que deben sumir las regiones para avanzar en la protección del medio ambiente.
     
    Para el profesional, hay 98 constituciones que contemplan y reconocen la protección de un ambiente sano, aunque este concepto es muy amplio, se requiere una especificidad en los temas que abarca.
     
    Para Prieur, el primer desafío recae en los jueces que deben interpretar el contenido efectivo de lo que significa un ambiente sano.
     
    De igual manera, debe existir una conciliación entre los derechos fundamentales del hombre y el derecho a un ambiente sano, ya que puede condicionar a los otros, pues de este se deriva y se obtienen los recursos para mantener su status y sus formas de interactuar consigo mismo y con el entorno.
     
    También, la no regresión en las normas ya establecidas o que dictaminan el concepto de patrimonio común de la humanidad. Para Michel Prieur, los estados no deben ser parte de ningún acuerdo futuro que afecte el principio universal.
     
    El profesional establece que los gobiernos no deben reducir los niveles de protección ambiental a través de las normas constitucionales.
     
    “Aplicar el derecho a un ambiente sano satisface la exigencia de la protección de las generaciones futuras, porque eso permite no imponer un ambiente degradado en razón de una ley o de medidas administrativas regresivas”. 
     
    Las políticas de estado y los derechos las minorías étnicas
     
    El profesor asociado a la Universidad de Winnipeg (Canadá), Gabriel Eduardo Nemogá, criticó el enfoque técnico científico que se le ha dado al concepto de biodiversidad, que excluye a los pueblos indígenas, comunidades negras o locales.
     
    “No se contemplan los derechos de los pueblos indígenas sobre sus variedades tradicionales y a pesar de que existe un componente en el Estado en establecer régimenes de protección hasta la fecha no ha ocurrido en el país y no hay índices de que haya preocupación”.
     
    Para el profesional hay que transitar hacia un enfoque biocultural que explore la cosmogonía de estos pueblos y se efectúe el reconocimiento étnico y cultural de estas comunidades. 
     
     
    Fuente: Elnuevodia.com.co
     
     
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  • La ‘inteligencia’ de los ecosistemas

    Las redes ecológicas se organizan en torno a un patrón arquitectónico cuya estructura determina la estabilidad de las comunidades que las componen. Una investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha demostrado que cuando esa arquitectura presenta una forma encajada, como la de las muñecas rusas, las comunidades son más estables.
     
    Esto se debe a que se reduce la probabilidad de que un cambio en las condiciones demográficas de las especies que las forman provoque su desmoronamiento. El trabajo ha sido publicado en el último número de la revista Science.
     
    “Hemos visto que las especies que forman redes organizadas de una forma encajada pueden experimentar variaciones mayores en sus tasas de crecimiento antes de que la red se vea amenazada. En redes que presentan otra organización, por el contrario, una variación en las tasas de crecimiento puede llevar a algunas de las especies a la extinción”, explica el investigador del CSIC Jordi Bascompte, de la Estación Biológica de Doñana.
     
    El estudio analiza los datos recogidos en 23 comunidades distribuidas por todo el mundo en forma de red de interacciones entre plantas y sus animales polinizadores.
     
    Mediante un modelo dinámico, los investigadores evaluaron si esa organización aumenta o disminuye el rango de condiciones en las que las especies podían coexistir.
     
    Los resultados obtenidos indican que una red organizada de forma encajada maximiza el rango de parámetros compatible con la coexistencia de todas las especies.
     
    ¿Qué provoca la organización?
     
    “Uno de nuestros objetivos era profundizar en una cuestión que ocupa desde hace mucho tiempo a los biólogos: ¿Qué es lo que causa que las interacciones entre especies dentro de una comunidad ecológica se organicen siguiendo un patrón determinado? La respuesta aún es objeto de debate, pero en este estudio hemos avanzado significativamente en su resolución”, añade Bascompte.
     
    Estudios anteriores habían mostrado resultados muy dispares. Para algunos investigadores, esa meticulosa organización aportaba resiliencia a las comunidades, mientras que otros aseguraban que reduce la estabilidad de la red y disminuye su resiliencia.
     
    Según este estudio, esta disparidad de resultados anteriores se debe a que las aproximaciones existentes o bien estudiaban la estabilidad de una solución sin asegurarse antes de la persistencia de todas las especies, o bien se basaban en simulaciones que no controlaban el efecto de la parametrización del modelo. Para subsanar estas limitaciones, el equipo dirigido por Bascompte ha introducido un nuevo marco conceptual basado en la noción de estabilidad estructural.
     
    “Este trabajo tiene importancia a la hora de prever cuán resistentes serán las comunidades naturales al cambio global en el sentido de la magnitud de la perturbación que pueden absorber antes de que una o varias especies se extingan. Nuestro estudio apunta al cuidado de las especies e interacciones que forman las estructuras ecológicas, ya que desviaciones de esta estructura podrían hacer sistemas más vulnerables a cambios ambientales”, concluye el investigador.
     
    Referencia bibliográfica:
     
    Rudolf P. Rohr, Serguei Saavedra, Jordi Bascompte.On the Structural Stability of Mutualistic Systems. Science. DOI: 10.1126/science.1253497
     
    Fuente original: www.agenciasinc.es/