Para el presidente de Fedesmeraldas, Óscar Baquero, el sector requiere muchos recursos del exterior, debido al alto riesgo que representa explorar más zonas con potencial.

“Para esto se necesitan empresas con buen músculo financiero”.
Recientemente, una encuesta publicada por Burson-Marsteller reveló que en el país el sector de peor reputación era el minero, una calificación generalizada que para el presidente de Fedesmeraldas, Óscar Baquero es, sin duda alguna injusta.
“Hay mucha desinformación sobre el sector”, dice, y sostiene que cuando se dice que los esmeralderos pagan pocos impuestos o pocas regalías no se tiene en cuenta que las empresas tienen que recuperar las altas inversión que hacen.
Pero, además, Baquero plantea un panorama bastante complejo para el sector: unas minas en las que encontrar un depósito es cada vez más difícil, poca inversión para exploración y un marco regulatorio que no se adapta a las particularidades de la minería de esmeraldas.
¿Cómo le ha ido al sector en el año?
En el 2014 hemos experimentado un incremento del 9 por ciento, y esperamos en los últimos meses alcanzar a vender 138 millones de dólares.
A qué se debe este comportamiento.
Básicamente a que la producción ha estado bajando y el precio reacciona ante esto. Hacer minería de esmeraldas en este momento es más costoso y los hallazgos son cada vez menos. Cada vez hay que cavar más profundo, porque estamos produciendo en los mismos lugares de hace 30 o 40 años.
¿Hay otras zonas, distintas al altiplano Cundiboyacense, con potencial para esmeraldas?
Estudios, algo viejos ya, dicen que hay potencial geológico en el cinturón de Oriente y de Occidente, en unas 90 mil hectáreas. Hasta ahora solo se han explorado y explotado 9 mil hectáreas, así que tenemos el 90 por ciento de la capacidad sin explorar.
¿Hay proyectos de exploración en curso?
En este momento lo que estamos tratando de hacer es buscar inversionistas internacionales que se le midan a hacer exploración y prospección, que es la fase más costosa. Lo que pasa con las esmeraldas, es que no hay una tecnología que te permita hacer un acercamiento confiable a las prospecciones reales, por eso el negocio tiene mucho riesgo, se invierte mucho y no se sabe si la inversión va a tener retorno.
Y, ¿cómo van en esa tarea de atraer inversionistas?
En Colombia hay una empresa norteamericana que está operando la mina de Muzo, desde hace cinco años. Hay inversiones de capital extranjero que están haciendo la minería con todos los estándares, pero no han tenido buena suerte porque no han sacado producciones muy grandes.
Hay otra empresa grande que se llama Gem Fields, que ha venido varias veces buscando negociar con títulos mineros y también hay empresas rusas y canadienses con interés en el tema. Pero producción, no exploración.
¿Cómo ve la reforma al código minero? ¿Cree que es necesaria?
Consideramos que el tema de minería en esmeraldas debe tener un capítulo especial en el código de minas, porque hay diferencias, con relación a otro tipo de minería.
Por ejemplo, en el tema de los tiempos de producción: Se lo explico con un ejemplo: cuando hablamos de carbón, la empresa llega taladra, llega al manto de carbón y empieza la fase de producción, se saca el mineral y se vende. En cambio nosotros estamos todo el tiempo en exploración, sacando inertes (rocas sin mineral) y de repente hallamos una producción - esta se puede agotar en muy corto tiempo - la retiras y vuelves a la fase de exploración.
El problema es que cada una de esas fases paga impuestos diferentes, y se mira de maneras diferentes.
¿Qué modelo proponen ustedes que se adapte a esta versatilidad?
Es simple, que nosotros en el momento en que estamos extrayendo declaremos las producciones y cuando se termine la explotación, le reportamos a la autoridad que entramos en etapa de exploración.
Sí, pero entonces cualquier empresa podría decir que está o no en producción…
Claro, pero para eso la ANM (Agencia Nacional Minera) que tiene un departamento de fiscalización enorme, con 350 mil millones de pesos para fiscalizar todas las minas.
Hay una percepción casi que generalizada, de que las mineras ganan mucho, pagan pocas regalías y que les descuentan muchos impuestos ¿Usted cómo responde a esto?
Creo que hay un desconocimiento total. En la minería de esmeraldas sabemos que hay una mina, invertimos en la exploración, pero no sabemos cuánto se puede sacar, ni si se puede sacar. Es una minería supremamente compleja en este sentido, le puedes invertir de 2 a 4 millones de dólares a una mina y no sacar ni una esmeralda.
Ahora, la gente dice que pagamos muy poquito, pero tampoco ve que somos un sector pequeño de la industria, exportamos poco si se compara con otros sectores, en ese contexto, nosotros respondemos por lo que podemos responder, pero no podemos reemplazar al Estado.
Fuente: Portafolio.co / Nohora Celedón
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