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  • ¿Se acerca el fin de las grandes hidroeléctricas?

    Los problemas con las comunidades, las licencias y la lejanía de las zonas con potencial de los centros urbanos obstaculizan a los nuevos embalses de generación.

    El desarrollo de grandes embalses de generación eléctrica en el país, podría ser una actividad en vía de extinción.
    Pese al potencial natural que tiene el país para el desarrollo de este tipo de proyectos, cada vez es más difícil en Colombia avanzar en la construcción de un proyecto hidroeléctrico de gran magnitud.

    Prueba de ello es que de las iniciativas de generación, de este tipo, que están en construcción en este momento ninguna está completamente al día. Y dos de los más grandes (Quimbo e Hidroituango) llevan más de un 29 por ciento de retraso, con respecto al cronograma.

    “A corto o mediano plazo vemos tal vez 5 o 6 (proyectos hidroeléctricos nuevos) pero falta ver si los inversionistas detrás de ellos logran madurarlos. A muy largo plazo uno sí ve que la composición va a cambiar”, explica el subdirector de energía de la Unidad de Planeación Minero-Energética, Upme, Alberto Rodríguez.

    El diagnóstico de esta entidad, encargada de planear el futuro de la energía del país es claro. La construcción de proyectos grandes de generación se ve frenada por demoras en las licencias ambientales, oposición de las comunidades cercanas a los proyectos, que incluso han frenado obras como Porce IV, una hidroeléctrica de 400 megavatios de generación que debía construir Empresas Públicas de Medellín.

    Otra razón, tiene que ver con la distancia entre zonas con mayor potencial para desarrollar estos proyectos y los centros urbanos, lo que implica una mayor inversión en las líneas de transmisión que no siempre hacen viable estas iniciativas.

    La industria comparte parcialmente el diagnóstico de la Upme. De acuerdo con Ángela Montoya, presidente ejecutiva de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica, Acolgen, si el Gobierno Nacional no le busca una solución definitiva a estos cuellos de botella va a dificultarse más la gestión de estos proyectos.

    “Evidentemente, va a haber más proyectos filo de agua (que no requieren embalses) y embalses pequeños, se verá una expansión a ese nivel (...) Pero sí veo una necesidad de que el Gobierno acompañe paso a paso estos proyectos necesarios para la nación”, explicó Montoya.

    Para el vicepresidente Generación Energía de EPM, Carlos Alberto Solano Bonnett, en efecto, el problema no es de recursos naturales porque el país tiene un alto potencial para desarrollar proyectos de generación hidroeléctrica.

    “Conseguir la viabilidad de este tipo de proyectos es cada vez más difícil (...) Es esta realidad la que obliga a cambiar la estrategia para abordar el diseño, planeación, construcción y operación de los proyectos”, explicó el ejecutivo.

    En parte, la designación de grandes proyectos como Quimbo e Ituango entre los Proyectos de Interés Nacional Estratégico, ha contribuido a destrabar algunos procesos.

    De todas formas, a corto plazo la generación hídrica seguirá ocupando un importante rol en el desarrollo energético del país. En las últimas subastas de la Creg 69 por ciento de los proyectos ganadores son de generación eléctrica.

    En los pronósticos de la Upme, también cuentan con el desarrollo de las energías renovables, estas fuentes podrán ganar más participación en la canasta energética nacional: “En nuestro registro de proyectos, en donde miramos qué intenciones hay, encontramos más bien pequeñas hidroeléctricas y algo de térmica. También hay alternativas que tienen componente eólico, e incluso estamos modelando hasta 400 o 500 megavatios en La Guajira”, explicó Alberto Rodríguez, de la Upme. Pero, para que estos nuevos desarrollos en realidad influyan en el porcentaje de aportes de la energía hidráulica al sistema, aún deberán pasar varios años.

    En Colombia, más de dos tercios de la energía que se produce proviene de fuentes hídricas.

    Fuente: Portafolio.co /

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  • Energía suficiente

    Este año se pospuso la venta de Isagén y proyectos como El Quimbo y Nueva Esperanza enfrentaron retrasos y controversias. ¿Qué pasará en el 2015 si se cumplen los pronósticos sobre el fenómeno del Niño? Las perspectivas no son tan pesimistas.
     
    La escasez de lluvias a principios del 2014 obligó a los generadores hidroeléctricos a conservar sus embalses y a satisfacer la demanda mediante la generación térmica. Como resultado, los precios en el mercado spot (de contado) de Colombia subieron a un máximo anual de 2,7 veces el más alto nivel registrado desde 2013.
     
    En el corto plazo, la adecuada estrategia de los generadores fue recompensada y hoy en día los embalses del país están sanos y los precios mantienen un nivel relativamente normal. Para Alejandro Castañeda, director ejecutivo del gremio de generadores térmicos Andeg, Colombia se encuentra en una buena posición para enfrentar el fenómeno del Niño siempre y cuando este no se extienda más allá de marzo o abril de 2015, momento a partir del cual las presiones sobre los precios podrían aumentar.
     
    Según Business Intelligence (BI) los niveles actuales de los embalses están en capacidad de solventar futuras fluctuaciones en la intensidad de las lluvias así como amortiguar presiones causadas por el crecimiento en la demanda energética del país la cual estará por encima del crecimiento presentado durante el 2014.
     
    La Unidad de Planeación Minero Energética (Upme) – adscrita Ministerio de Minas y Energía- proyecta un aumento de la demanda eléctrica en Colombia del 2,4 por ciento en 2015 (en su escenario base), en línea con la proyección de crecimiento del país que, según el FMI podría estar en 4,5 por ciento –aunque para los analistas locales estará por debajo del 4 por ciento–.
     
    Asimismo, para enfrentar los retos estructurales del sector en el largo plazo, la industria está bien posicionada: nueve nuevas plantas de energía tanto térmica como hidráulica están programadas para entrar en operación el próximo año, lo que representa alrededor del 11 por ciento de la capacidad instalada actual del país (14.700 MW).
     
    En cuanto a los resultados financieros, en los últimos dos años los ingresos de la industria han crecido por encima del PIB. Si asumimos que esta relación se mantiene, el crecimiento de los ingresos promedio del sector superaría 10 por ciento el próximo año y se estima que las empresas de este sector reporten en promedio márgenes de EBITDA por encima de 31 por ciento anual y a la vez que se materialicen en flujo los proyectos en los que vienen implementando.
     
    Durante el año pasado, los ingresos de las compañías se incrementaron a una tasa de 7,4 por ciento anual. No obstante, dado que tanto el 2013 como el 2014 han sido años con bajo nivel de lluvias y las compañía san teniendo que recurrir a las centrales térmicas para satisfacer la demanda, los márgenes de Ebitda de las empresas generadoras se vieron afectadas negativamente, pasando a un promedio de 31 por ciento en 2013, cifra por debajo del promedio de los años anteriores.  Asimismo las utilidades netas para estas compañías fueron positivas aunque inferiores a las reportadas en años anteriores en gran parte afectadas por una mayor carga impositiva para el sector.
     
    Pese a los resultados, el sector ha continuado invertido fuertemente, pues al 30 de septiembre de 2014, sin incluir a la empresa generadora Gecelca,  las cinco empresas generadoras más grandes del país han destinado más de 2,8 billones de pesos (1.400 millones de dólares) en inversión. No obstante, los recursos estimados para culminar los proyectos en curso serán inferiores al monto total invertido durante el 2014 ya que el esfuerzo de capital ya fue realizado con excepción de Ituango de las Empresas Públicas de Medellín (EPM), el cual se estima una inversión de 5.500 millones de dólares.
     
    Gran parte de los nuevos proyectos en desarrollo han sido financiados a través de deuda, lo que se hace evidente si comparamos la relación deuda/Ebitda que en 2009 era de 1,81, mientras que en 2013 era de 2,53. A finales de 2013, más del 45 por ciento de esta deuda se encontraba en forma de bonos, lo que demuestra que los inversionistas tienen más confianza en la industria energética colombiana. Asimismo las empresas del sector cierran el año con un buen flujo de caja para operar.
     
    Según las estimaciones de BI, la fuerte posición de liquidez de las principales compañías del sector y su adecuado nivel de apalancamiento se deberá mantener a lo largo del 2015. Dado que la etapa de construcción de muchos proyectos culmina, el próximo año el perfil de riesgo del sector será aún más bajo, y a las empresas se les facilitará la consecución de deuda para apalancar nuevas inversiones. Mientras se terminan de ejecutar 3.000 millones de dólares en proyectos el año que viene, ya están presupuestados otros 6.600 millones de dólares para desarrollar nuevas obras. Se espera que estas empresas sigan recurriendo al mercado de deuda con una frecuencia creciente para financiar estos planes de crecimiento.
     
    Pero no todo será fácil. El problema principal de 2015 estará relacionado con los trámites frente a las autoridades competentes y la dificultad para ejecutar proyectos de forma eficaz. A la fecha, de 16 plantas contratadas por el gobierno en las subastas de cargo por confiabilidad entre 2008 y 2011 sólo una se ha completado mientras cinco han sido suspendidas o canceladas y otras cuatro (con una capacidad combinada de 2.874 MW y una inversión de 6.300 millones de dólares) enfrentan retrasos.
     
    Para solventar tal situación, la administración de Santos ha puesto en marcha el programa Proyectos de Interés Nacional y Estratégico (Pines) que busca priorizar la ejecución de las obras más importantes para el país. Planeación Nacional ha identificado más de 30 procesos diferentes que deban adelantar los interesados para recibir todas las licencias necesarias, por lo que se busca la coordinación de las organizaciones gubernamentales involucradas para así acelerar el desarrollo de las construcciones. Esta salida suena prometedora, pero hasta el momento el programa no ha registrado resultados que comprueben su eficacia.
     
    Otro desafío será el desarrollo de la red de distribución del país en paralelo con las inversiones en generación. Según el Consejo Mundial de Energía, Colombia ocupa el puesto 85 de 129 en términos del acceso de la población a la electricidad. Todas las inversiones que se hacen en el sistema de generación no tendrán el impacto deseado si la población no tiene acceso efectivo al servicio.
     
    Si Colombia logra encausar sus esfuerzos para superar los problemas de implementación y los fundamentales económicos se mantienen sólidos, todo apuntaría a que el 2015 será un año de cosecha para el sector eléctrico de Colombia.
     
    Fuente; Semana.com
  • Hidrosogamoso empieza a operar a toda máquina

    La central hidroeléctrica empezó a producir los 820 megavatios con los que se comprometió.
     
    Aunque la central hidroeléctrica del río Sogamoso, Hidrosogamoso, empezó a operar desde el primero de diciembre, hasta el pasado sábado empezó a generar la energía con la que se comprometió en el contrato: 820 megavatios.
     
    Con esto, la empresa cumple los términos de tiempo con los que se comprometió.
     
    La nueva operación representa el 8,3 por ciento de la demanda de energía eléctrica del país y es la primera gran central hidroeléctrica que se construye en Santander.
     
    “Sogamoso representa un gran aporte para Isagen y para la generación eléctrica del país”, señaló Luis Fernando Rico Pinzón, gerente general de Isagen.
     
    El ejecutivo agregó que esta zona del país tiene mucho potencial hidroeléctrico.
     
    Para Isagen, la entrada en operación del proyecto representa un incremento del flujo operativo de caja o Ebitda cercano al 50 por ciento y un aumento de la capacidad instalada adicional del 38 por ciento.
     
    El proyecto consta de un embalse de 7 mil hectáreas, una casa de máquinas de 273 megavatios y una presa de 190 metros de altura.
     
    Para poder concretarlo fue necesario también culminar 51,3 kilómetros de vías, entre las cuales hay dos túneles viales y 16 puentes.
     
    Para la inundación del embalse realizó el reasentamiento de 185 familias y la construcción de seis escuelas.
     
    El proyecto tuvo una inversión total de 4,3 billones de pesos, siendo una de las pocas centrales hidroeléctricas en Colombia que se ha podido entregar en el tiempo estipulado en los últimos años
     
     
     
    Fuente: Portafolio.co
     
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  • Los embalses de energía de Colombia aumentaron sus niveles en abril frente a marzo

    Hubo una disminución de 1,86 puntos porcentuales frente al mismo mes de 2022.
    Para abril, los embalses de energía del país cerraron en un nivel de 62.11%. Así lo afirmó XM, el operador del Sistema Interconectado y el administrador del Mercado de Energía Mayorista de Colombia.
     
    Esto representó un aumento de 2,23 puntos porcentuales frente al nivel de 59,88% que se presentó en marzo de este año, pero también una disminución de 1,86 puntos porcentuales al nivel de 63,97% de abril de 2022.
     
    Al realizar el análisis por regiones hidrológicas, los embalses de Antioquia alcanzaron 71.2% de su volumen útil, seguido por Centro con 67.4%, Valle con 65.3% Caribe con 60.4% y Oriente con 39.0%.
     
    Según Jaime Zapata, gerente del Centro Nacional de Despacho de XM, “durante abril los aportes hídricos se ubicaron en 113.6% por encima de la media histórica, lo que permitió cerrar el mes con las reservas del Sistema en 62.11% del volumen útil del embalse”.
     
    Para algunos expertos como Jorge Sierra, CEO de Enersinc, esta disminución, si bien aún no es preocupante, da muestras de que las olas de calor ya están disminuyendo el nivel de los embalses y por ende la capacidad de generación con la que cuenta el país.
     
    Generación
     
    En abril se generaron 6.336,07 GWh. En promedio durante el mes, la generación de energía fue de 211,20 GWh-día, 1,46% menos comparado con la generación de marzo de 2023 para cuando fue de 214,33 GWh-día.
     
    Cerca de 89,48% de la generación, equivalente a 188,98 GWh-día promedio, fue producto de recursos renovables, mientras que el 10,52% restante, equivalente a 22,21 GWh-día promedio, fue de recursos no renovables.
     
    Por Juan Pablo Vargas para LaRepública.
  • Otras dos turbinas de Ituango estarán terminadas en julio

    Jorge Andrés Carillo, gerente de EPM, explicó que aumentarán la capacidad nominal de las unidades.
    Empresas Públicas de Medellín (EPM) informó que el proceso de obras civiles de la central eléctrica Hidroituango se terminará el julio. Cabe recordar que estas dos turbinas, las 3 y 4 de la primera fase, tienen compromisos de cargo por confiabilidad. Es por esto que para evitar multas y sanciones, estas estructuras deben generar energía al sistema antes del 30 de noviembre de este año.
     
    De acuerdo con Jorge Andrés Carrillo, gerente de la compañía, hacen falta unos mamparos para poder culminar las obras. Estos son necesarias para impedir el flujo de agua desde el embalse hacia los canales de conducción, puesto que se deben retirar unos “tapones” de concreto que se pusieron durante la contingencia del año 2018.
     
    “El cambio de contratista no tuvo ningún efecto en el cronograma; al contrario, todo lo que es obra civil y montaje va a estar listo en dos meses”, explicó Carrillo.
     
    Estos mamparos están en fabricación en Croacia y ya EPM recibió confirmación de los contratistas de que van a estar listos. Ya la compañía contrató dos aviones Antonov que traerán las piezas de 80 toneladas hasta Medellín y de ahí a la obra. “Es tal vez el mayor despliegue logístico que ha habido para un proyecto de infraestructura que ha habido en el país”, aseguró Carrillo.
     
    Después del encuentro anual con inversionistas, el líder de la empresa pública también informó que se buscará incrementar la capacidad nominal de generación de las máquinas.
     
    Actualmente, cada turbina de las 8 que tendrá en total la central, puede generar 300 megavatios de energía. Sin embargo, Carrillo explicó que evidenciaron que podían incrementar esta generación en 10%. Esto quiere decir que cada turbina pasaría a generar 330 megavatios y cuando se culmine la primera etapa con sus cuatro turbinas, se generarán 1.320 megavatios.
     
    “Para que se genere se requiere que haya un nivel de agua óptimo. Pero en la evaluación de las dos primeras unidades vimos que se estaban comportando tan bien que hablando con el fabricante decidimos que vamos a hacer una modificación para aumentar la potencia de las unidades”, explicó Carrillo.
     
    Por el momento no se ha podido hacer este proceso, puesto que falta el tapón del túnel de desviación derecho de la central. Este se espera que esté terminado antes del 30 de noviembre, con lo que se podría tener este incremento después de esto.
     
    Esto quiere decir que en un caso de fenómeno de El Niño, que está pronosticado para el segundo semestre del año e inicios de 2024, la central estaría en capacidad de responder.
     
    Además de esto, Carrillo afirmó que por la naturaleza de la central, incluso en un verano intenso podrían generar.
     
    “Hay dos ríos en Colombia que resisten un Niño: el Magdalena y el Cauca. Hidroituango se comporta como un central filo de agua, casi todo lo que llega se puede llevar a generar. No hay necesidad de represar”, explicó.
     
    Es por esto que Carrillo aseguró que en todos los escenarios, incluso los más complejos, las cuatro unidades pueden mantenerse operando.
     
    Para mantener la confiabilidad del sistema, EPM también inició la operación de una central térmica de ciclo combinado a líquidos y gas, con una capacidad de 300 megavatios.
     
    Con respecto al funcionamiento de las turbinas de la 5 a la 8, Carrillo destacó que no se va a atrasar por lanzar una segunda vez la licitación para estas obras. Señaló que 12 compañías compraron los derechos a participar el proceso competitivo, de las cuales ya 11 hicieron la visita obligatoria a la central. La idea es que el 1 de octubre puedan iniciar las obras de la segunda fase de la central.
     
    Por Portafolio
  • Previo a fenómeno de El Niño, embalses alcanzan para 50 días

    El nivel de estos espacios en el país está en 65,2%, que permite atender poco menos de dos meses de la generación. 
    El país se prepara para la llegada del fenómeno de El Niño anunciada para el segundo semestre de este año e inicios de 2024. Esta situación presiona el sistema eléctrico nacional, dependiente en gran medida de la generación hidroeléctrica.
     
    De acuerdo con la información de XM, con corte a abril de 2023, había embalsada en el país una capacidad útil de 11.318 gigavatios hora (GWh), que teniendo en cuenta un consumo de 220 gigavatios hora día (GWh/d), significan que un consumo pleno del agua almacenada representa una capacidad para 51 días.
     
    De acuerdo con la información del operador, las reservas en el país promedian 65,2% de la capacidad útil total que hay. Al analizar la información por regiones se encuentra que en el caribe y Antioquia es en las zonas en las que hay un mayor porcentaje de reservas, con 80,21% y 80,18%.
     
    En contraste, en el oriente, el Valle y el Centro del país es mucho menos. En el caso del oriente, que cuenta con 1.480 gigavatios hora, su reserva es de 35,5%. En el Centro el nivel es de 67,8% y en el Valle es de 69,5%.
     
    Vale la pena destacar que son el Centro y Antioquia las que mayor cantidad de embalse tienen, puesto que suman 9.734 gigavatios hora, que es 53% de la capacidad útil de embalse del país.
     
    Cabe recordar que cada central hidroeléctrica con embalse cuenta con una capacidad de almacenamiento diferente y la que tiene la mayor capacidad de guardar agua es El Peñol, que puede tener hasta un año de embalse.
     
    Esto ha llevado a que las compañías de generación con hidroelectricidad empiecen a guardar el agua, para evitar que haya un desabastecimiento cuando la hidrología del país baje.
     
    Adicionalmente, este estrés en el sector, con las menores reservas y la alerta de la llegada del Fenómeno de El Niño, está llevando a que los precios de la electricidad en el mercado spot escalen.
     
    De hecho, los datos de XM, operador del mercado eléctrico, muestran que en bolsa el precio está $586 con corte al 31 de mayo. Este precio es un alza, que responde en parte a la incertidumbre y que buscan que los despachos de energía sean principalmente de los generadores térmicos, para que una parte de los embalses no sean despachados y puedan almacenar.
     
    Ahora bien, Alejandro Castañeda, director de Andeg, gremio que reúne a los generadores térmicos, señaló que el parque de generación a gas, carbón e incluso líquidos está listo para respaldar el sistema en caso de ser necesitado.
     
    En un reciente artículo en Portafolio señaló que ya se ha afrontado al menos cuatro fenómenos de esta naturaleza desde 1994 y en ningún caso han llevado a racionamiento. Esto puesto que la capacidad instalada de estas centrales están en capacidad de responder hasta por 55% del total de la demanda de energía del territorio.
     
    Destacó que con el esquema de cargo por confiabilidad se han hecho inversiones superiores a los US$650 millones desde 2019 para ampliar la capacidad de generación con estas tecnologías.
     
    Por esto aseguró que “con las plantas existentes más esta nueva capacidad de generación, se podrá contribuir a soportar las necesidades de energía durante El Niño próximo”.
     
    Por Portafolio
     
  • Repensar los megaproyectos

    En los extremos están los unos: esos que creen que los megaproyectos son una desgracia para el ambiente y las comunidades, y los otros: aquellos que profesan que con su sola ejecución se generan beneficios a la economía y la sociedad.
     
     
    Así el Gobierno, frente a su Plan de Desarrollo, encuentra una oposición creciente a minas, represas, obras de infraestructura y desarrollos urbanos. Este no es un fenómeno eminentemente colombiano: grandes obras de infraestructura en Perú y Brasil, por ejemplo, encuentran similares situaciones de falta de licencia social, de legitimidad. El país comienza a ser conocido no sólo por su crecimiento económico sostenido, sino por la proliferación de conflictos socio-ambientales, todavía frecuentemente juntos como caras de una misma moneda.
     
    Hoy Colombia podría encontrarse en una encrucijada, y no se trata de un asunto que se resuelva con recíprocos señalamientos de radicalismo. Para algunos analistas, una situación de posconflicto podría ser más bien una de transición a un conflicto socio-ambiental. Hay que repensar, pues, el ambientalismo entero, pero también los megaproyectos.
     
    Una lección que puede calar es que no deben proponerse megaproyectos concebidos sólo desde una perspectiva de eficiencia sectorial. Existe el riesgo de que se conviertan en economías de enclave en las cuales poco se irradie el beneficio económico y social en lo local. La predominancia de este tipo de intervenciones ha generado una percepción negativa en las comunidades locales y sus voceros: podrían llevar a que la sociedad pierda oportunidades sanas de crecimiento económico y de bienestar social.
     
    En efecto, son muchas las regiones del país en las cuales las fuerzas espontáneas de la economía, sumadas a la debilidad del Estado, no han logrado el despegue de territorios completos. Pero tampoco se trata de territorios que en ausencia de grandes inversiones mantengan sus atributos ambientales. Al contrario, más que fronteras de biodiversidad y ecosistemas sanos, son espacios en los cuales el deterioro ambiental está ligado a la violencia y el atraso social e institucional.
     
    Estos serían los espacios en los cuales una intervención a través de grandes inversiones podría sacarlos de un peligroso rezago social. Serían, además, oportunidades irreemplazables, de mejoramiento ambiental. Hoy conocemos impactos locales, en aras del beneficio general. El país debe conocer nuevos proyectos de inversión en infraestructura energética, o incluso en industrias extractivas, que sean el motor de integración y generación de beneficio local.
     
    Pero no son muchos los nuevos grandes emprendimientos que se están formulando con esta visión. Por eso llama la atención una promesa que se hace en Antioquia: el proyecto hidroeléctrico de Ituango. No porque carezca de impactos ambientales; al contrario, represar un gran río como el Cauca genera impactos muy importantes. Pero mientras duplica la capacidad de generación para las Empresas Públicas de Medellín, con 2.400 megawatts, está siendo concebido como un proyecto de desarrollo regional que podría sacar del rezago a un inmenso territorio, en 12 municipios que quedarían en las goteras de la región urbana de Medellín. Se trata de empresas que entienden que no hay emprendimiento viable en un entorno social degradado. Que están dispuestas, con importantes inversiones, a garantizar la generación de valor compartido en el territorio.
     
    Necesitamos más ejemplos sectoriales para el país que queremos construir.
     
    Fuente: ElEspectador,com - Editorial
  • Una turbina de Hidroituango no se ha logrado estabilizar: qué ocurre

    De acuerdo con directivos de EPM, esto es una situación normal en los primeros años de operación.
    El pasado 30 de noviembre, Empresas Públicas de Medellín (EPM) informó que había logrado iniciar la operación comercial de las dos primeras turbinas de Hidroituango, después de enfrentar una serie de retrasos en las fechas inicialmente planeadas.
     
    Desde entonces, las turbinas han trabajado más de 6.000 horas entregando energía al Sistema Interconectado Nacional (SIN). Sin embargo, la turbina número 2 ha tenido problemas para estabilizar su operación.
     
    Al revisar los despachos de Hidroituango se evidencia una serie de momentos y horas en las que no se generó energía y fuentes del sector explicaron a Portafolio que algunos de estos momentos corresponden a salidas programadas por mantenimientos obligatorios, pero otras también se explican porque no se ha podido estabilizar la unidad.
     
    “Las máquinas son como unos bebés recién nacidos y hay que cuidarlos así. Ellas van funcionando a medida que pasa el tiempo. Se han venido haciendo las garantías que nos exige el fabricante de las máquinas a las 1.00 y 2.00 horas de funcionamiento. Ahora vamos a hacer la de las 4.000 horas”, afirmó William Giraldo, vicepresidente de generación de energía de EPM y quien tiene a su cargo la construcción de la mayor central de hidroelectricidad.
     
    Ahora bien, reconoció que ha habido salidas de funcionamiento por motivos diferentes a los programados.
     
    Las salidas forzadas por causas son por “distintos pequeños problemas” como la elevación de temperaturas, niveles de aceite o los niveles de presión, explicó Giraldo.
    “Sin embargo de forma muy rápida vuelven a entrar en servicio y eso es lo que pasa con estos equipos cuando están ingresando al sistema y son tan nuevos, como estos que llevan unos menos de seis meses de estar en funcionamiento”, añadió.
     
    La capacidad de energía diaria que puede ofertar la central con estas dos primeras turbinas es 12.960 megavatios hora día (MWh/d), como se ve que en algunos días se ha logrado. Esta generación representa 5,5% de la demanda total del país.
     
    “Esto es parte normal de la entrada en operación de una máquina que haya una etapa de estabilización que se toma un par de años como mínimo hasta que al final de su vida útil también vuelve a experimentar inestabilidad”, dijo Bladimir Suárez, gerente de generación de energía para la Región Cauca.
     
    No obstante, en algunos momentos su factor de disponibilidad ha sido menor.
     
    Cabe recordar que la central había adquirido obligaciones de energía en firme en dos subastas de cargo por confiabilidad.
     
    Al consultar a XM, operador del mercado eléctrico si a pesar de esto se está dando cumplimiento a las obligaciones, la respuesta fue que sí.
     
    Las dos turbinas requieren de al menos otras dos paradas para hacer las verificaciones a las 4.000 y 8.000 horas de funcionamiento, para las cuales se están preparando.
     
    La compañía informó que el 13 de junio inicia mantenimiento por garantía de las 4.000 horas la unidad 1 y, el próximo 24 de julio, la unidad 2.
     
    Una vez se cumplan estos, se harán mantenimientos semestrales, anuales y bianuales.
     
    Ahora bien, las turbinas de generación 3 y 4 también tienen compromisos de entrega de electricidad, que deben cumplirse antes del 30 de noviembre de este año.
     
    Estas se encuentran en la terminación de las obras civiles, a cargo de Schrader Camargo y según la compañía ya tiene un avance de 91,44%.
     
    Además de esto, Jorge Andrés Carrillo, gerente de la compañía pública, informó que están trabajando para incrementar la capacidad nominal de generación de las turbinas.
     
    De esta forma, en lugar de los 600 megavatios que actualmente tienen las dos primeras unidades, serán 660 megavatios totales.
     
    “Para que se genere se requiere que haya un nivel de agua óptimo. Pero en la evaluación de las dos primeras unidades vimos que se estaban comportando tan bien que hablando con el fabricante decidimos que vamos a hacer una modificación para aumentar la potencia de las unidades”, explicó Carrillo.
     
    Esto significa que las cuatro primeras unidades tendrán un total de 1.320 megavatios de capacidad con este cambio.
     
    'Las unidades han mostrado buen comportamiento'
    Bladimir Suárez Agudelo, gerente de generacion de energía para la Región Cauca de EPM, señaló que los dos mantenimientos previos que se han hecho en las unidades 1 y2 han demostrado un buen comportamiento.
     
    “Las máquinas van muy bien, han mostrado un buen comportamiento y afortunadamente vamos a hacer otros dos mantenimientos adicionales de las garantías a las 4.000 y 8.000 horas”, dijo el directivo.
     
    Destacó que se monitorean cerca de 65.000 variables en tiempo real para verificar el estado de las máquinas y su funcionamiento.
     
    Adicionó que desde la sala de control se le hacen seguimiento a más de 2.500 activos.
     
    La compañía pública señaló que estos equipos son los mismos que se han instalado en otras centrales. “Contar con este tipo de máquinas ha permitido que la compañía tenga funcionarios expertos en su operación y mantenimiento”, destacaron.
     
    Por Daniela Morales para Portafolio