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  • Alza de aranceles golpearía la lucha contra la inflación en el país

    Artículo del Plan Nacional de Desarrollo podría aumentar los impuestos a productos importados. Expertos ven altos riesgos.
    En el ojo del huracán se encuentra la decisión del presidente Gustavo Petro de aumentar los aranceles, con la intención de “contrarrestar” las altas tasas de interés que ha impuesto el Banco de la República para reducir la inflación colombiana, que en abril llegó a 12,82% en su dato anual.
     
    Si bien la política monetaria del país se elevó hasta el 13,25% para frenar los altos precios, la medida en el artículo 210 del Plan Nacional de Desarrollo (PND) ya está tocando las fibras del sector comercial por los riesgos de su ejecución.
     
    El artículo detalla que el “Gobierno nacional promoverá la defensa comercial de la Nación mediante una política de remedios comerciales y aranceles inteligentes”, con el fin de lograr un equilibrio en las condiciones de competencia para la producción nacional, frente a las importaciones.
     
    Expertos del sector, consideran que la decisión, en principio, es inconveniente, puesto que podría provocar presiones inflacionarias adicionales y limitar el desarrollo de Colombia.
     
    De acuerdo con José Manuel Restrepo, exministro de Hacienda, en un escenario en el que la inflación es más persistente de lo que se esperaba inicialmente, la política arancelaria va en contravía del bienestar que se busca económicamente. Explicó que esto sería introducir tributos a algunos productos, en específico, alimentarios a los que los consumidores pueda tener acceso a estos, pero a un menor precio.
     
    “En algunos productos, con el actual estado de la tasa de cambio, lo que genera esto es un doble impacto de precios; por un lado en tasa de cambio y por el otro lado en materia arancelaria. Entonces, de esa manera, el resultado al final puede ser una presión adicional para que la inflación no ceda tan rápidamente”, explicó Restrepo.
     
    En la misma línea, aún cuando la Organización Mundial del Comercio (OMC) permite generar protecciones por razones de seguridad nacional, “el Gobierno está trazando una línea gris que agrega interpretaciones que podrían llevar en el futuro a incumplimiento de acuerdos internacionales”, le manifestó a Portafolio Javier Diaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex).
     
    Según el directivo, al no estar especificado a qué productos se le aplicaría el arancel o en qué contexto se daría, sí es posible afirmar que uno de los sectores que se vería más afectado es el de los alimentos.
     
    Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) a febrero las importaciones del rubro agropecuario, alimentos y bebidas, suman un total de US$11.370 millones.
     
    “Esta política lo que logrará es que los precios se vuelvan a disparar. Por ahora ha sido un anuncio que no tiene sectores específicos y frente a lo que habrá es estar muy atento para definir sectores afectados”, aseguró Diaz.
     
    Por otra parte, Analdex se mantiene en que “no es una buena idea del presidente Petro”, pues se castigaría al consumidor final.
     
    De la misma manera piensa Juan Camilo Restrepo, exministro de Hacienda, quien le manifestó a Portafolio que toda alza de aranceles la terminan pagando los consumidores, pues no son otra cosa que un impuesto a las importaciones.
     
    “En este momento de inflación alta y de posibilidades de un fuerte verano hacia adelante, más aranceles atizaría aún más el alza de precios”, señaló.
     
    Ahora bien, otro de los factores que afectaría al comercio con los aranceles inteligentes son los aumentos en los productos locales. De acuerdo con Andrés Valencia, exministro de Agricultutra, si este hecho ocurriera, es probable que los actores nacionales aprovecharan la subida arancelaria para aumentar sus precios.
     
    “Si el arancel que sube es el de un insumo para la elaboración de su producto final (trigo para el pan, o maíz para producir carne de pollo o huevo), automáticamente ese mayor costo tendrá que trasladarse al consumidor. Y en segundo lugar, si el mayor arancel se da en un producto terminado, el productor nacional que compite contra el importado subirá sus precios en un porcentaje (no necesariamente igual)”, dijo.
     
    Problemas en la inversión
    Otro de los factores que se verían afectados es la confianza internacional para la inversión. Según el presidente de Analdex, Javier Diaz, si un inversionista sabe que debe pagar por aranceles altos en el país “automáticamente ese inversionista saca sus posibilidades de inversión”. Igualmente, Andrés Valencia, exministro de Agricultura consideró que parte del ejercicio de invertir “es que haya estabilidad jurídica y que rija el imperio de la ley. Se estaría poniendo en riesgo la credibilidad de Colombia”, señaló.
     
    Retaliación, efecto colateral
    Uno de los beneficios de los Tratados de Libre Comercio (TLC) es la reducción y/o eliminación de aranceles a los productos que vienen del exterior.
     
    En la misma sintonía, por la decisión de política del Gobierno de Gustavo Petro, la presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham), María Claudia Lacouture, señaló que el 70% de las importaciones de Estados Unidos son de productos que no se producen en el país. “Por eso, el llamado que hicimos nosotros desde AmCham de que tenemos que se supremamente hábiles en el proceso de a qué es lo que le vamos a poner más aranceles y qué no. Si los aranceles se aumentan, eso quiere decir mayor presión a la inflación en el país. Tenemos que determinar las variables y los productos”, dijo.
     
    Cabe destacar que según cifras de Amcham, en el caso de que no existiera un TLC con Estados Unidos, el pago arancelario para el café tostado sería del 20%, al igual que el de la tilapia, textiles y fajas, que sería para cada uno de 20%. Además, aguacate de 15%, banano también 15%, entre otros.
     
    De acuerdo con Andrés Valencia, violar un TLC con un país como EE. UU., expondría a Colombia a “retaliaciones comerciales que afectarían nuestras exportaciones a ese país”, indicó.
     
    Por Diana Rodríguez para Portafolio.
  • Analistas proyectan que inflación en 2023 llegue a 9,49 %

    Para abril la expectativa con ese indicador es que baje del 1,05% en marzo al 0,87%. 
    La Encuesta Mensual de Expectativas Económicas del Banco de la República de abril mostró que los analistas esperan que el índice de inflación al cierre de 2023 se ubique en promedio en 9,49%, superior al 9,26% que habían considerado el mes pasado.
     
    Para abril la expectativa con ese indicador es que baje del 1,05% en marzo al 0,87%, con un mínimo que estaría en 0,52% y un máximo en 1,16%.
     
    En un horizonte más amplio, para el 2024, los consultados por el Emisor esperan que siga disminuyendo y se ubique en el 5,19% en promedio.
     
    La encuesta mensual del Banco de la República muestra que el mercado espera que la tasa de interés siga aumentando y llegue a un promedio de 13,12%, y para mayo considera que se ubique en 13,14% en promedio, mientras que para el mes de junio el mercado proyecta que comience a bajar al 13,09%, y para fin de año se ubique en 11,38% en promedio.
     
    PORTAFOLIO
  • El alza en gasolina se convirtió en el palo en la rueda para seguir bajando la inflación

    Los precios de los alimentos se siguen desacelerando e impulsan el IPC a la baja, que cerró en 12,36% en mayo, según el Dane.
    Como un respiro a los hogares colombianos, la inflación siguió cediendo y en mayo el dato anual fue de 12,36%, por debajo del IPC de abril, que fue de 12,82%, y en línea con lo que esperaba el promedio de los analistas (12,58%) y con las expectativas del Índice del Pollo Asado de LR.
     
    Sin embargo, la gasolina sigue siendo el palo en la rueda para bajar este indicador, con las alzas que ha hecho el Gobierno para acabar con el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepc). En mayo, precisamente, el alza fue de $600, mismo aumento que se estableció para junio, llegando a $12.364 por galón, en promedio.
     
    Los combustibles para vehículos, de hecho, están entre los que presentan crecimientos más amplios y una tendencia alcista que no cede. Este componente totalizó un crecimiento de 28,84% anual.
     
    “La gasolina es uno de los rubros que sigue jalonando la división de transporte. Este subrubro pesa 3% dentro de la inflación (...) Se podría esperar una presión incluso más alta”, dijo David Cubides, director de investigaciones económicas de Alianza. Agregó que aún no se aumenta el precio del diésel, “que puede generar un impacto de cara a 2024”.
     
    El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, dijo que “se cumplen los pronósticos que veníamos señalando. La inflación de alimentos efectivamente ha venido bajando y eso se origina porque hay mejor abastecimiento (...) Tenemos que el precio de la gasolina está subiendo. Pero la reducción en el precio de alimentos compensa el incremento en el precio de la gasolina”.
     
    Aunque el componente de gasto que más sigue jalonando la inflación es el de alimentos y bebidas no alcohólicas, con 2,97 puntos porcentuales de aporte en el año, su variación fue de 15,66% anual, por debajo de la de abril (18,47%). Los alimentos que más bajaron de precio fueron cebolla (-18,‘7%), papa (-8,11%) y condimentos (-6,81%). Mientras que las frutas empezaron a ceder frente al pico, con una variación de 15,91.
     
    “Hay más cosecha, más frutas que están saliendo este mes. También tenemos más oferta de legumbres, cebollas y papa”, dijo Piedad Urdinola, la directora del Dane.
     
    El segundo componente que más aportó a la variación anual fue el de los servicios públicos, con 2,56 puntos porcentuales. Allí, el de mayor peso es el del arriendo, tanto el imputado como el efectivo, según lo explicó Urdinola.
     
    También se evidenció una moderación en los servicios de electricidad, que tuvieron una variación anual de 18,07% en mayo. “Está claro que esa tendencia va hacia la baja. Sigue siendo una variación positiva pero ya vemos ese cambio de tendencia”, dijo la directora del Dane.
     
    Si las cifras se desagregan por ciudades, Cúcuta es la ciudad que registra los niveles más altos de inflación con 14,76% en el dato anual. Le siguen Sincelejo (13,91%), Valledupar (13,31%), Montería (12,93%), Cartagena (12,79%) y Armenia (12,72%).
     
    Las menores variaciones se registraron en Villavicencio (11,27%), Ibagué (11,37%), Pereira (11,74%) y Florencia (11,94%). Mientras que en Bogotá el indicador anual cerró en 12,29%, por debajo del total nacional; y en Medellín el dato fue de 12,56% anual.
     
    Por Carolina Salazar para LaRepública
  • El aumento en el precio de la gasolina provocaría un incremento de 0,6% en inflación

    Los cálculos de Corficolombiana indican que cada aumento de $1.000 por galón eleva la inflación total en 64 puntos básicos.
    Uno de los factores que han provocado que el incremento de la gasolina se haga de forma gradual cada mes es la inflación, indicador que llegó a 13,34% anual en marzo, levemente por encima del dato de febrero, que fue de 13,28%. Y el tema sobre la mesa esta semana es el incremento histórico de $600 para este mes, lo que conlleva analizar la incidencia de esto en el componente inflacionario.
     
    Desde la Fundación Xua Energy se calcula que un aumento de 10% en el precio del ingreso al productor de la gasolina tiene un efecto en inflación de 0,6% aproximadamente, que dado el ajuste de este mes, sería el efecto esperado que dé en materia inflacionaria para el mes de mayo por cuenta del incremento.
     
    Los cálculos de Corficolombiana indican que cada aumento de $1.000 por galón eleva la inflación total en 64 puntos básicos. “Implica que continuar aumentando los precios de la gasolina hasta cerrar la brecha vs el precio paridad de exportación, aportaría más de tres puntos porcentuales a la inflación total”, indicó Julio Romero, economista jefe en Corficolombiana.
     
    David Cubides, director de investigaciones económicas en Alianza Valores, calcula que por cada $100 que sube el precio de la gasolina se puede impactar entre cuatro y cinco puntos básicos a la inflación”.
     
    Sin embargo, el experto resalta que “no hay que ver el efecto completo, porque hay que tener en cuenta esa desagregación que está haciendo el Gobierno”.
     
    Si se amplía la perspectiva, Cubides explica que el rubro de combustibles pesa 3% en la inflación y está dentro del transporte, que pesa 15%, “es un rubro que, si bien no pesa tanto, las alzas han sido generalizadas en los últimos meses y eso, por su puesto, genera que este componente registre una tendencia alcista”.
     
    Y en ese sentido, en Alianza Valores se analiza que aunque el efecto genera presión sobre los precios, hay otros componentes que se vienen moderando y eso contribuye a que el impacto no sea tan fuerte.
     
    “Entre los componentes que vienen moderándose está, por ejemplo, alimentos, restaurantes y hoteles, que eventualmente van a compensar la subida de la gasolina y al final vamos a encontrar una moderación de la inflación”, explica Cubides. Además, el experto pronostica que el año cerrará con una inflación cercana a 9%.
     
    En un recuento de los precios de la gasolina, para septiembre, se mantuvo el establecido en julio ($9.380), pero desde octubre, los incrementos se han implementado de forma gradual.
     
    En octubre, noviembre y diciembre del año pasado, el galón de gasolina subió en promedio $200 por mes. En enero, se registró un alza de $400 y en febrero fue de $250. En marzo y abril, el incremento fue de $400 en promedio.
     
    Romero explica que “si el gobierno aumenta los precios de la gasolina en $600 por galón cada mes, y se mantienen estable el precio paridad de exportación, en un periodo de ocho a nueve meses se habrá cerrado la brecha”.
     
    Juan Felipe Neira, docente de la Universidad Externado y experto en el sector, explicó que “el propósito del Gobierno es que para mediados del segundo semestre de este año ya estuviéramos en una equiparación casi total”.
     
    Julio César Vera, presidente de Xua Energy, indica que “si bien es una decisión adecuada y responsable en materia de política fiscal y económica, obviamente tiene efectos económicos sobre los consumidores directos de este producto”.
     
    Por Juliana Arenales para LaRepública.
     
  • El fantasma de la recesión económica en 2023 sigue presente

    Según estimaciones de la Fed y el FMI, las políticas monetarias serían causantes de la desaceleración.
     
    La alta inflación que se ha venido presentando en diferentes países del mundo, la volatilidad de la economía y la crisis bancaria podrían llevar a una recesión económica en el segundo semestre de este año.
     
    La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, en sus minutas de marzo, estimó que dada su evaluación de los posibles efectos económicos de los acontecimientos recientes del sector bancario, la proyección muestra una leve recesión a partir de finales del 2023, “con una recuperación en los dos años siguientes”.
     
    En la misma línea, los miembros del Fondo Monetario Internacional (FMI), señalaron que también incluían en sus previsiones una recesión leve, en el mismo periodo previsto por la Fed.
     
    Ahora bien, la directora del FMI, Kristalina Georgieva, afirmó el jueves que el crecimiento global pronosticado para los próximos años, que rondará el 3%, nunca puede ser considerado “fabuloso”, aunque esté lejos de la recesión, según la agencia EFE.
     
    Llevando la mirada hacia los factores que pueden desencadenar en una recesión, Alejandro Useche, profesor de la Universidad del Rosario, indicó que las altas inflaciones y la soluciones de los países por atacarlas, como las altas tasas de interés, han llevado a una desaceleración de la economía.
     
    “En las últimas semanas el planeta se está enfrentando a unas situaciones muy complejas que tienen que ver con la alta volatilidad de ciertos activos financieros, pero sobretodo de graves crisis financieras de entidades que se suponía que eran fuertes. Esto está llevando a la incertidumbre a elevar los niveles de riesgo percibidos, pero al tiempo, se está entendiendo que son problemas localizados, muy diferentes a la gran crisis financiera que sucedió en el 2008”, dijo Useche.
     
    A su vez, Munir Jalil, director de investigaciones económicas de BTG Pactual, apuntó que después de una arranque positivo asociado con el potencial control de la inflación y un mejor desempeño, el FMI ha revisado a la baja el crecimiento económico de abril.
     
    “Para Latinoamérica el FMI también revisó a la baja su expectativa de crecimiento económico, debido a una menor demanda global por bienes básicos y a las políticas monetarias restrictivas que han tenido que adoptar los países para controlar la inflación”, dijo el analista.
     
    Igualmente, Theodore Kahn, director asociado de Control Risks, explicó que desde hace varios meses se anunciaba un riesgo de recesión por las subidas en las altas tasas de interés.
     
    “Esta inestabilidad parece estar contenida y una posible recesión este año sería moderada, con una recuperación rápida. Sin embargo, hay todavía riesgos desconocidos. Pueden surgir todavía otros episodios de inestabilidad bancaria y financiera”, aseguró. 
     
    Por Diana K. Rodríguez T. para Portafolio.
  • Gasolina impacta duro en inflación, que bajó en junio a 12,13 % anual

    IPC en junio cayó a 12,13%. Mientras los alimentos bajan, los aumentos en la gasolina aún presionan al alza la canasta de los consumidores.
    La inflación sigue con su senda descendente, pues en junio el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró una variación anual de 12,13 %, por debajo del dato de 12,36 % que había registrado el indicador para mayo y también por debajo del pronóstico que estimaba el mercado.
     
    Esta cifra se alcanzó luego de que en el sexto mes del año los precios de la canasta básica de los colombianos mostraron un aumento de 0,30 % en relación con el mes anterior. Vale mencionar que en junio de 2022, la inflación mensual había sido de 0,51 %.
     
    De acuerdo con la directora del Dane, Piedad Urdinola, en junio las categorías que más aumentaron fueron las de transporte, con una variación mensual de 1,08 %; la de los restaurantes y hoteles (0,56 %), especialmente por el lado de las comidas servidas a la mesa; y las bebidas alcohólicas y el tabaco, con un incremento de 0,48 %.
     
    “Dentro del transporte el componente que más está teniendo implicaciones es el aumento de los combustibles, y dentro de ellos, la gasolina, como se ha venido experimentando este año”, indicó Urdinola.
     
    La funcionaria mencionó también que, por segundo mes consecutivo, se registró una cifra negativa en el grupo de alimentos y bebidas, que mostró una reducción de -0,53 % en el mes.
     
    Vale la pena mencionar que este rubro fue el que jalonó al alza en mayor medida la inflación durante los últimos dos años, debido al peso que tiene en la canasta de los colombianos.
     
    Otra categoría que tiene un impacto importante en la inflación es la de los servicios públicos y los arriendos. A pesar de que esta solo subió 0,48 % en el mes, fue la que más aportó a la variación, 0,15 puntos porcentuales, por la proporción dentro del gasto de los hogares que representa.
     
    La inflación anual
     
    Con estos datos, la inflación anual mostró una corrección a 12,13 %. Sin embargo, esta cifra aún se ubica 2,46 puntos porcentuales por encima del indicador un año atrás, pues la inflación en junio de 2022 fue 9,67 % en términos anuales.
     
    Y por categorías, el transporte pasó a ser el rubro con el mayor encarecimiento en los últimos doce meses, con una inflación de 18,19 %, como una respuesta a los incrementos en los precios de la gasolina que viene implementando el Gobierno desde octubre del año pasado y que ya acumulan un alza de $3.800.
     
    A esta le sigue la categoría de restaurantes y hoteles, con una subida en los precios de 17,43% si se comparan con los de junio de 2022; los artículos para el hogar y su conservación, dentro de los cuales se clasifican los jabones y otros artículos de aseo, que tienen una inflación de 14,61 %; el grupo de bienes y servicios diversos (14,38 %) y el de alimentos y bebidas no alcohólicas, que pese a que han reducido su inflación se mantiene en 14,31 %.
     
    “Ya vamos viendo esa reorganización de las distintas divisiones de gasto. Ahora la que está aportando más es transporte, mientras que en los meses finales del año pasado veíamos en primer lugar a los alimentos y bebidas, y con una ventaja sobre los demás sectores, mientras que ya vamos viendo la contracción de la inflación en varios niveles”, explicó Urdinola.
     
    Por contribuciones, alimentos y bebidas no alcohólicas sigue siendo el grupo que más aporta a la inflación anual, con 2,72 puntos porcentuales de los 12,13 puntos que registró la inflación en junio, y en segundo lugar aparecen los servicios públicos y los arriendos, con 2,54 puntos, y en tercero el transporte, con 2,3 puntos.
     
    El semestre
     
    El dato de la inflación año corrido mostró que durante el primer semestre los precios de los consumidores mostraron un incremento de 6,15 %.
     
    De acuerdo con el Dane, en los primeros seis meses de 2023, los colombianos también experimentaron el mayor aumento en los precios en la categoría de transporte, con un crecimiento de 11,36 % en los precios, aunque también se destaca el alza en educación (8,89 %), restaurantes y hoteles (8,72 %) y muebles y artículos para el hogar y su conservación (7,67 %).
     
    Otros indicadores
     
    El Dane reportó también que, por ciudades, el mayor aumento en los precios en junio se dio en Sincelejo, con un aumento de 0,70 %, Bucaramanga (0,61 %) y Florencia (0,56 %), mientras que los menores datos se presentaron en Popayán (-0,02 %), Riohacha (0,04 %) y Cúcuta (0,07 %).
     
    La entidad reportó además que, por niveles de ingreso, los hogares de ingresos altos experimentaron un aumento de precios de 0,39 % en el mes, en la clase media la inflación relativa fue de 0,30 %, mientras en los hogares vulnerables fue 0,19% y los pobres 0,15 %. Este impacto se relaciona también con el transporte y el gasto en gasolina.
     
    Perspectivas de los precios para el cierre de año
    Con el desempeño que ha tenido el IPC en los últimos tres meses, los analistas han venido ratificando sus expectativas de inflación para el cierre del período.
     
    Desde el Gobierno, por ejemplo, la expectativa está en 9,2 %, mientras que el equipo técnico del Banco de la República estima un dato de 9,5 %.
     
    Por el lado de los bancos, entidades como Bancolombia mantienen una proyección alrededor de 9 % para diciembre, mientras que BBVA espera una inflación en 9,2 %.
     
    Otros pronósticos son más optimistas, como el de Scotiabank Colpatria, que espera que el IPC finalice 2023 con una variación anual de 8,8 %.
     
    Del mismo modo, la última Encuesta de Expectativas del Banco de la República, en la que participaron 37 analistas del mercado, estimó que la inflación cerrará el año en 9,04 %, mientras que en la última edición de la Encuesta de Opinión Financiera (EOF) de Fedesarrollo el consenso estaba en un dato de 9,22 %.
     
    Por Laura Becerra para Portafolio.
  • Precio del diésel empezaría a subir cuando baje la inflación

    A propósito del aumento de la gasolina, Minhacienda dijo que hay un déficit en la tarifa del ACPM, pero que no se tocará hasta que baje el IPC. 
    Luego del incremento de $600 que anunció el Gobierno para el galón de gasolina para el mes de mayo, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, aseguró que seguirán aumentando los precios, y que la meta es llegar a un precio cercano a $16.000 con un horizonte de año y medio.
     
    “El precio de la gasolina va a seguir subiendo todos los meses, responsablemente. Tenemos un déficit de $4.700 por galón frente al precio internacional. En diésel tenemos un déficit de $8.800, pero no lo vamos a tocar”, dijo el ministro.
     
    Además, Bonilla  aseguró que el alza de $600, superior a la de $400 vista en meses anteriores, busca pagar más rápido el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepc) y aseguró que este Gobierno lo recibió econ un saldo negativo de $36 billones, y actualmente se ha logrado bajar a alrededor de $32 billones.
     
    Según explicó Bonilla, la razón por la que no se ha ajustado el precio del diésel es porque detrás de él está el movimiento de carga y el de pasajeros. "Lo que tratamos de hacer es que pese lo menos posible sobre los colombianos de a pie y que solo llegue a los colombianos que tienen carro", dijo. 
     
    Según Bonilla, desde Hacienda se va a ir revisando las cifras de financiación del Fondo de Estabilización, y “en algún momento habrá que volver a revisar el tema del diésel, pero cuando tengamos más controlada la inflación”.
     
    De acuerdo con el titular de la cartera de Hacienda, la meta es que el galón de gasolina llegue a un precio cercano a $16.000 en alrededor de año y medio.
     
    Por Laura Lucía Becerra para Portafolio.