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  • "Cuando llegue el precio de la gasolina a $15.500, el galón de diésel también subirá"

    Ricardo Bonilla, ministro de Hacienda, habló en BluRadio sobre el tope que necesita llegar el precio de la gasolina y diésel.
    El primero de julio se llevó el incremento de $600, siguiendo la tendencia de meses atrás. Con el alza, el precio promedio queda en $12.964 por galón. Andrés Velasco, director técnico del Comité Autónomo de la Regla Fiscal (Carf), estima que la brecha entre el precio del galón en Colombia y el internacional “está rondando $2.000, dependiendo de las fluctuaciones del precio internacional y la tasa de cambio”.
     
    Ayer, además, el Dane reportó el dato de inflación para junio, cerrando en 12,13% anual.
     
    Sobre esto, Ricardo Bonilla, ministro de Hacienda, dijo a BluRadio que si bien la inflación empezó a ceder en los alimentos, en los combustibles parece no tener el mismo comportamiento. Además, dijo que tan pronto se logré igualar el precio de la gasolina a $15.500, empezará a subir también el del diésel.
     
    “Estamos corrigiendo un problema que heredamos del Gobierno anterior, que nos congeló el precio de los combustibles y eso tiene un impacto gravísimo sobre la inflación porque es una inflación comprimida que hasta ahora se está reflejando”, explicó el ministro.
     
    La gasolina aumentó $600
     
    El comportamiento alcista de la gasolina, según explica el directivo, se ha hecho como medida para contrarrestar la presión inflacionaria sobre alimentos y servicios.
     
    "Tan pronto se logré igualar el precio de la gasolina a $15.500, empezará a subir también el del diésel. Por eso, necesitamos llegar a la referencia internacional”, dice Bonilla en la radio.
     
    Y concluye, “queremos revisar. Primero cerrar el precio de la gasolina y ahí si seguir con el precio del diésel. Tan pronto terminemos de igualar el precio de la gasolina, comenzamos con el diésel; tenemos todavía que el 20% se importa, es decir, un menor impacto”.
     
    Por Danuella Rodríguez para LaRepública.
  • Alza de aranceles golpearía la lucha contra la inflación en el país

    Artículo del Plan Nacional de Desarrollo podría aumentar los impuestos a productos importados. Expertos ven altos riesgos.
    En el ojo del huracán se encuentra la decisión del presidente Gustavo Petro de aumentar los aranceles, con la intención de “contrarrestar” las altas tasas de interés que ha impuesto el Banco de la República para reducir la inflación colombiana, que en abril llegó a 12,82% en su dato anual.
     
    Si bien la política monetaria del país se elevó hasta el 13,25% para frenar los altos precios, la medida en el artículo 210 del Plan Nacional de Desarrollo (PND) ya está tocando las fibras del sector comercial por los riesgos de su ejecución.
     
    El artículo detalla que el “Gobierno nacional promoverá la defensa comercial de la Nación mediante una política de remedios comerciales y aranceles inteligentes”, con el fin de lograr un equilibrio en las condiciones de competencia para la producción nacional, frente a las importaciones.
     
    Expertos del sector, consideran que la decisión, en principio, es inconveniente, puesto que podría provocar presiones inflacionarias adicionales y limitar el desarrollo de Colombia.
     
    De acuerdo con José Manuel Restrepo, exministro de Hacienda, en un escenario en el que la inflación es más persistente de lo que se esperaba inicialmente, la política arancelaria va en contravía del bienestar que se busca económicamente. Explicó que esto sería introducir tributos a algunos productos, en específico, alimentarios a los que los consumidores pueda tener acceso a estos, pero a un menor precio.
     
    “En algunos productos, con el actual estado de la tasa de cambio, lo que genera esto es un doble impacto de precios; por un lado en tasa de cambio y por el otro lado en materia arancelaria. Entonces, de esa manera, el resultado al final puede ser una presión adicional para que la inflación no ceda tan rápidamente”, explicó Restrepo.
     
    En la misma línea, aún cuando la Organización Mundial del Comercio (OMC) permite generar protecciones por razones de seguridad nacional, “el Gobierno está trazando una línea gris que agrega interpretaciones que podrían llevar en el futuro a incumplimiento de acuerdos internacionales”, le manifestó a Portafolio Javier Diaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex).
     
    Según el directivo, al no estar especificado a qué productos se le aplicaría el arancel o en qué contexto se daría, sí es posible afirmar que uno de los sectores que se vería más afectado es el de los alimentos.
     
    Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) a febrero las importaciones del rubro agropecuario, alimentos y bebidas, suman un total de US$11.370 millones.
     
    “Esta política lo que logrará es que los precios se vuelvan a disparar. Por ahora ha sido un anuncio que no tiene sectores específicos y frente a lo que habrá es estar muy atento para definir sectores afectados”, aseguró Diaz.
     
    Por otra parte, Analdex se mantiene en que “no es una buena idea del presidente Petro”, pues se castigaría al consumidor final.
     
    De la misma manera piensa Juan Camilo Restrepo, exministro de Hacienda, quien le manifestó a Portafolio que toda alza de aranceles la terminan pagando los consumidores, pues no son otra cosa que un impuesto a las importaciones.
     
    “En este momento de inflación alta y de posibilidades de un fuerte verano hacia adelante, más aranceles atizaría aún más el alza de precios”, señaló.
     
    Ahora bien, otro de los factores que afectaría al comercio con los aranceles inteligentes son los aumentos en los productos locales. De acuerdo con Andrés Valencia, exministro de Agricultutra, si este hecho ocurriera, es probable que los actores nacionales aprovecharan la subida arancelaria para aumentar sus precios.
     
    “Si el arancel que sube es el de un insumo para la elaboración de su producto final (trigo para el pan, o maíz para producir carne de pollo o huevo), automáticamente ese mayor costo tendrá que trasladarse al consumidor. Y en segundo lugar, si el mayor arancel se da en un producto terminado, el productor nacional que compite contra el importado subirá sus precios en un porcentaje (no necesariamente igual)”, dijo.
     
    Problemas en la inversión
    Otro de los factores que se verían afectados es la confianza internacional para la inversión. Según el presidente de Analdex, Javier Diaz, si un inversionista sabe que debe pagar por aranceles altos en el país “automáticamente ese inversionista saca sus posibilidades de inversión”. Igualmente, Andrés Valencia, exministro de Agricultura consideró que parte del ejercicio de invertir “es que haya estabilidad jurídica y que rija el imperio de la ley. Se estaría poniendo en riesgo la credibilidad de Colombia”, señaló.
     
    Retaliación, efecto colateral
    Uno de los beneficios de los Tratados de Libre Comercio (TLC) es la reducción y/o eliminación de aranceles a los productos que vienen del exterior.
     
    En la misma sintonía, por la decisión de política del Gobierno de Gustavo Petro, la presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham), María Claudia Lacouture, señaló que el 70% de las importaciones de Estados Unidos son de productos que no se producen en el país. “Por eso, el llamado que hicimos nosotros desde AmCham de que tenemos que se supremamente hábiles en el proceso de a qué es lo que le vamos a poner más aranceles y qué no. Si los aranceles se aumentan, eso quiere decir mayor presión a la inflación en el país. Tenemos que determinar las variables y los productos”, dijo.
     
    Cabe destacar que según cifras de Amcham, en el caso de que no existiera un TLC con Estados Unidos, el pago arancelario para el café tostado sería del 20%, al igual que el de la tilapia, textiles y fajas, que sería para cada uno de 20%. Además, aguacate de 15%, banano también 15%, entre otros.
     
    De acuerdo con Andrés Valencia, violar un TLC con un país como EE. UU., expondría a Colombia a “retaliaciones comerciales que afectarían nuestras exportaciones a ese país”, indicó.
     
    Por Diana Rodríguez para Portafolio.
  • El ministro Ricardo Bonilla aseguró que la gasolina llegará a $16.000 a finales de año

    El ministo de Hacienda estima el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles era de $36 billones para noviembre.
    El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, dijo que, para fin de año, el galón de gasolina costará unos $16.000, por lo que el nuevo aumento de $600 de mayo, que dejó el galón en un valor promedio de $11.767, está lejos de ser el último.
     
    Bonilla aseguró que “el tope es equilibrar los precios, en los últimos meses o días el precio del petróleo comenzó a bajar, eso debería tener un efecto en el precio internacional”.
     
    Explicó a W Radio que ese equilibrio se alcanzaría en seis o siete meses. Para llegar a ese valor a final de 2023, el aumento de la gasolina tendría que ser de alrededor de $600 cada mes en lo que queda del año.
     
    ¿Cuánto ha subido la gasolina?
    Desde octubre de 2022 empezaron los incrementos que se han implementado de forma gradual.
     
    En octubre, noviembre y diciembre del año pasado, el galón de gasolina subió en promedio $200 por mes. En enero, se registró un alza de $400 y febrero fue de $250. En marzo y abril, el incremento fue de $400 en promedio.
     
    De hecho, el ministo de Hacienda estima que el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, Fepc, era de $36 billones para noviembre. Y aseguró que hoy está en $32 billones.
     
    Por Alejandra Rico Muñoz para LaRepública.
     
  • Los impuestos del precio del galón de gasolina corriente son al menos 20% del total

    Gremios han propuesto revisar la fórmula del precio y analistas sugieren revisar los impuestos, pero esto tendría una implicación fiscal.
    El precio de la gasolina ha sido uno de los temas de conversación en la agenda pública desde el año pasado, pues a partir de octubre el Gobierno Nacional empezó a incrementar los precios de este combustible.
     
    Ayer, algunos sectores del transporte convocaron marchas en contra de las alzas graduales implementadas, aunque el sector de taxistas no se movilizó porque llegaron a un acuerdo de revisar una tarifa diferencial para estos conductores y lo más probable es que el alza de septiembre no aplique para ellos.
     
    Gremios han pedido hacer una revisión a la fórmula del precio por galón. Según explica Sergio Cabrales, docente de la Universidad de Los Andes y experto en el sector, los tres principales componentes del precio de venta de un galón de gasolina corriente son: el ingreso al productor, los impuestos y la logística de distribución.
     
    "El ingreso al productor corresponde a 66% del precio final y es el monto que recibe Ecopetrol por la gasolina. Sin embargo, dado que este monto es inferior al precio que podría obtener si la vendiera en Estados Unidos, el Fondo de Estabilización de Combustibles cubre esa diferencia. Algo que no está en discusión son todos los impuestos, que suman $2,619 por galón, correspondientes a 20% del precio final”, explica el analista.
     
    José Ignacio López, director de Investigaciones Económicas en Corficolombiana, señala que los impuestos más relevantes del precio de la gasolina son el IVA, el impuesto nacional, la sobretasa y el impuesto al carbono, que sumados dan alrededor de $2.618.
     
    Cabrales sugiere que “si le pagamos el precio internacional a Ecopetrol y quitamos los impuestos a la gasolina tendríamos un precio de $13.178 y no necesitaríamos subir más el precio de la gasolina”.
     
    Sin embargo, Andrés Velasco, director técnico del Comité Autónomo de la Regla Fiscal, Carf, resalta que “desde el punto de vista de la sostenibilidad de las finanzas públicas, en la medida que el recaudo por venta de combustibles sea menor, se deberá evaluar cómo se sustituyen estos ingresos o cuales gastos se deberán recortar para que el equilibrio entre ingresos y gastos no se altere. La realidad es que mientras exista un subsidio a los combustibles, de alguna forma u otra la sociedad lo va a terminar pagando”.
     
    “Hay que reconocer que hay un componente impositivo importante en la estructura. Cualquier movimiento en impuestos va a afectar las cuentas fiscales”, indica López, y agregó que el Gobierno ha hecho una labor responsable al cerrar la brecha de precios.
     
    De hecho, según el documento técnico ‘Análisis sobre el Fepc que cita cifras de Fondo Monetario Internacional, 47% de los recursos destinados a la política de estabilización de precios de la gasolina y el Acpm beneficia a 20% de los hogares con mayores ingresos, mientras que 20% de hogares con menor ingreso recibe solamente 7% del total.
     
    Este argumento ha sido reiterado por el presidente, Gustavo Petro, en varias ocasiones, sumado al déficit del Fepc, que en 2022 llegó a $36,7 billones, pero que se estima que cierre el año alrededor de $17 billones por cuenta de los incrementos graduales desde octubre de 2022.
     
    Por Juliana Arenales para LaRepública.
  • Precio del diésel empezaría a subir cuando baje la inflación

    A propósito del aumento de la gasolina, Minhacienda dijo que hay un déficit en la tarifa del ACPM, pero que no se tocará hasta que baje el IPC. 
    Luego del incremento de $600 que anunció el Gobierno para el galón de gasolina para el mes de mayo, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, aseguró que seguirán aumentando los precios, y que la meta es llegar a un precio cercano a $16.000 con un horizonte de año y medio.
     
    “El precio de la gasolina va a seguir subiendo todos los meses, responsablemente. Tenemos un déficit de $4.700 por galón frente al precio internacional. En diésel tenemos un déficit de $8.800, pero no lo vamos a tocar”, dijo el ministro.
     
    Además, Bonilla  aseguró que el alza de $600, superior a la de $400 vista en meses anteriores, busca pagar más rápido el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepc) y aseguró que este Gobierno lo recibió econ un saldo negativo de $36 billones, y actualmente se ha logrado bajar a alrededor de $32 billones.
     
    Según explicó Bonilla, la razón por la que no se ha ajustado el precio del diésel es porque detrás de él está el movimiento de carga y el de pasajeros. "Lo que tratamos de hacer es que pese lo menos posible sobre los colombianos de a pie y que solo llegue a los colombianos que tienen carro", dijo. 
     
    Según Bonilla, desde Hacienda se va a ir revisando las cifras de financiación del Fondo de Estabilización, y “en algún momento habrá que volver a revisar el tema del diésel, pero cuando tengamos más controlada la inflación”.
     
    De acuerdo con el titular de la cartera de Hacienda, la meta es que el galón de gasolina llegue a un precio cercano a $16.000 en alrededor de año y medio.
     
    Por Laura Lucía Becerra para Portafolio.