Más allá de la transición energética
El presidente de la Asociación Colombiana del GLP sostiene que el gas licuado es mucho más que un combustible para la transición energética, como lo considera el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026. Para Martínez Villegas se trata de un aliado en el sector productivo con impacto social y ambiental. “Es una alternativa que permite dar una respuesta rápida a la pobreza energética y a la sustitución de combustibles contaminantes, de manera inteligente, gradual y realizable”, enfatiza el directivo.
Por ello exhorta al sector público a tomar medidas que contribuyan a masificar su uso. Entre ellas se encuentran otorgar subsidios al consumo del gas licuado en cilindros para estratos 1 y 2, tal como lo ofrecen otros servicios públicos como el gas natural y la energía eléctrica.
También, destaca la importancia de darle mayor estabilidad a los precios del propano y desvincularlos de los precios internacionales. “No tiene mucha justificación que el precio del GLP en Colombia se incremente porque haya mayor demanda en China o por el conflicto entre Rusia y Ucrania. Pensamos que no debe estar atado a la volatilidad del mercado global”, explica Martínez Villegas.
Otras de las medidas que sugiere el directivo de Gasnova para expandir el uso del propano son priorizar el mercado interno, de manera que se reduzca la necesidad de importar GLP, y hacer que Ecopetrol se maneje con ventas a largo plazo mediante contratos de más de seis meses.
Conclusión
Si bien en Colombia el gas licuado ya se ha incorporado en varios sectores residenciales e industriales, al punto de consumir 700 millones de kilos al año, todavía es necesario impulsar su uso en áreas rurales y estratos donde se mantiene la cocción a leña. El papel que se le ha otorgado al gas licuado en proyectos y disposiciones legales para la transición energética es un primer paso, aunque parece insuficiente para aprovechar todas las oportunidades que ofrece.
Para el presidente de la Asociación Colombiana del GLP es necesario reconocer el gran potencial del propano para mejorar la calidad de vida de los colombianos, pues se trata de un energético más limpio que puede contrarrestar la pobreza energética. De allí la importancia de que el sector público diseñe medidas que permitan ampliar su utilización tanto en los sectores más necesitados de la población como en proyectos de mayor alcance, como, por ejemplo, el transporte municipal.
Puntos importantes
En Colombia el uso de gas licuado se ha expandido en los sectores industrial, comercial y, especialmente, residencial, en más de tres millones de hogares.
La demanda de gas licuado en el país ha crecido gracias a los proyectos que impulsan la transición energética, por sus nuevos usos en la industria, el comercio, el transporte y por otras modalidades de distribución, como las redes urbanas.
Todavía seis millones de colombianos usan leña para cocinar, de los que unos 800.000 se enferman anualmente al exponerse al humo contaminante.
La masificación del gas licuado es la respuesta más inmediata ante el cambio climático y la pobreza energética que se registra en Colombia, pero se requiere una serie de medidas que promuevan y faciliten su uso.